sábado, 8 de octubre de 2016

Oda a los versos



Vuelan de un confín a otro confín
de la tierra, llevando los versos alados
la tarea incesante y suprema
de posar sobre oídos profanos
el dulce cantar del poeta.
Y abatir corazones rugosos
para luego echarlos por tierra,
y llenar de luceros los ojos,
y el pecho emociones contenga
hasta no poder mas, y la boca
reproduzca pasiones secretas
que dormitan en lo hondo del alma
pero al verse expresadas despiertan,
porque alguien entiende el lenguaje
que bulle en la sangre.

Y las venas,
caldero de hirviente potaje,
se recarga, estalla y despeña
cataratas de lágrimas rojas...
pues se mezclan la sangre y las penas.


Pero al fin, el alma aliviada,
repleta de miles de estrellas,
le comparte a algún otro los versos
que reinician su bella faena:
desplegar nuevamente sus alas
y esparcirse por todo el planeta.

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