¿Qué es este amor que tanto me constriñe?
¿cuál es el sendero que me llevará a lograrlo?
dime cuantas veces tendré que desandarlo,
dime cuanto tiempo me llevará el alcanzarlo.
¿Mis pisadas persiguen bien sus huellas,
tengo en mi mano la brújula templada?
¿no será acaso que mi vista ahora cegada
equivoca dirección, señal, lazadas?
Piensa, corazón, no me hagas trampa,
dime si tengo ocasión de conseguirlo,
que no corro cual gacela que se espanta
ya que en vano caeré pronto a un abismo.
En pozo oscuro y largo van mis lapsos,
por interrumpir su caída bogo en vano
y tratando de asirme a sus paredes
se resbalan desangrándose mis manos.
Suena el fin de una triste partitura
por un rostro, un calor, una mirada,
una boca que mi boca no tremola,
un vacío que me sabe a puñalada.
Y en el curso solitario de mis horas
que mantiene brutalmente su cadencia
me sumerjo en abismo de agonía
sin servirme ni plegaria ni elocuencia.
Corazón, rómpete todo en mil pedazos
que mi alma por tu culpa esta cansada;
me constriñe este amor que no conozco
¡y tú insistes en que muera enamorada!.
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