Dame, Señor, la paciencia, que el corazón me resigna,
dame por toda consigna vencer a la insuficiencia,
permite una vez más que tus lecciones aprenda
con toda ciencia y doctrina que me diste de experiencia.
Hazme hombre de valor, el más humilde de todos,
que comprenda ante todo que significa Tu amor
y que acudan a mi mente los más claros sentimientos
que me domine el entendimiento y no la furiosa pasión.
Que no olvide que soy hombre y que nací del polvo,
que tus manos me han formado y al polvo volveré
y que la vida es un soplo, viene, se queda y se pasa,
y tu misericordia me abraza, y a tu amor me rendiré.
Dame Señor las cosas que por mi sola no puedo,
que no olvide jamás que en todo dependo de Ti
y en cada cosa que haga buscar tu favor pretenda
que tu grandeza me venza y seas todo para mí.
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