domingo, 9 de octubre de 2016

Vendedor de mentiras



Roque y enroque, mi estimado caballero,
sus idas y venidas deslucen su agudeza
y aunque se ufane de tener esa certeza
me cansa como gotas que caen de un alero.

Se habrá dado cuenta de que no es lo que espero,
pensé que a sus años no haría mas de niño,
si creyó que era la forma de ganarse mi cariño
me digno en indicarle que parece un embustero.

Siga con su rumbo de arlequín y buhonero
y sea admiración de las damas mas ineptas
vendiendo fantasías, invenciones, carcajadas,

que habrá para su suerte siempre un abridero
por donde introducir su mercancía mas acepta
que pronto lucirán como frutas pisoteadas.

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