sábado, 8 de octubre de 2016
¿Si se que exagero?
¿Si se que exagero? ¿Y tú qué prefieres,
la oquedad vacía en mis pensamientos?
Si estás bien versado en la vida práctica
presumo te aburren todos mis conceptos.
Pero si este centro de poner la vida
a la luz difusa de los sentimientos
y ver a las cosas con un tinte rojo
no te satisface… y yo lo lamento.
Que te desagrada mi romanticismo,
te ofusca que viva montada a un sueño
y que no comprendes que ande tirando
la fuerza que pongo en todo ese empeño.
Pero cuando vuelves fatigado a casa,
cuando algún negocio no te ha satisfecho,
cuando el vivir se transforma en carga,
cuando no sale algo que dabas por hecho.
Tomo tus tristezas, ato tus angustias
y soy tu remanso, tu paz, tu consuelo;
y con mi dulzura hago que relegues
por un rato largo todo ese desvelo.
Y, por si te olvidas, quiero recordarte,
que soy aquella quien te quiere y ama...
y ahora eres tú quien tomas al mundo
y lo arrojas lejos… lejos de la cama.
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