sábado, 8 de octubre de 2016
Mueren las palabras
Mueren las palabras cuando ya no hay nada
de caricias suaves ni mirada clara.
Cuando ya no pones de noche dormido
mi nombre en tu boca y no me acompañas
a caminar la vida que por estos rumbos
esta sumergida en un sueño profundo,
y sin despertar por no darse cuenta
que a mi lado hoy ya no te encuentras.
Te miro en silencio y sin molestarte
esperando el día de tu fatal huida,
para que se termine todo este calvario
y puedan cerrarse todas mis heridas.
Cuando tú te vayas, aunque sola y triste,
se habrá acabado mi gran agonía.
¡Ave, alza el vuelo y olvídate todo
de aquello que impida tu triste partida!
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