sábado, 8 de octubre de 2016

¡Estás tan grande!



¡Qué lindo es verte ir solo a la escuela!
estás ya tan grande que a veces me pesa
que no seas el niño que mis ojos velan
y de mi dependas...y de mi dependas.

Pero así es la vida y está establecido
que en algún momento remontes tu vuelo,
y yo sea la madre que quede en el nido
esperando ansiosa tu feliz regreso.

Cuando eras infante un día te impuse
un pacto perpetuo que a nadie confías.
esas ocurrencias que a veces tenemos
las madres que amamos con tenaz porfía.

Te pedí que un día, cuando seas grande,
no importan los años que lleves a cuenta,
que nunca te olvides y no te avergüences
de ser tú mi niño hasta los cincuenta.

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