sábado, 8 de octubre de 2016
Cuando yo me vaya
No te quedes solo cuando yo me vaya,
no te quedes triste gimiendo y sufriendo,
atalayes tu vida con altas murallas
ni quieras dormirte en un sueño eterno.
No me pidas nunca que no te lo pida
porque si no lo hiciera mi fervor es vano.
Lumbre que se apaga es la llama mía,
en la idolatría de un altar pagano.
Dime que me quieres, y por ese empeño,
arremetas bravo luchando y venciendo
a cada escollo que el vivir te imponga
a fuerza de risa, de amor y denuedo.
Acepta y me iré en paz y tranquila,
por la rotunda certeza que habré adquirido
que con manos calmas cerrarás mis ojos
y habrá una sonrisa cuando haya partido.
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