sábado, 8 de octubre de 2016

Amiga...



Amiga…
te estoy adivinando a la distancia
y se que estás al alcance de mi mano.
No se si llamar a esto
amor de amigos o amor de hermanos.
O solo es amor,
que nació de la suma de momentos
que rato a rato las dos atesoramos.
Me acuerdo del primer novio,
el primer paseo,
la primera angustia que juntas pasamos.
Grandes alegrías, grandes los secretos,
la pena al marcharte….
la ansiedad por reencontrarnos.
Dios hizo posible que nos conociéramos,
de saber que éramos, y saber que estábamos.
Por eso no importa que no nos veamos…
tú tiendes tu mano, yo tiendo la mía
y hay un corazón que late todavía
en un universo y una lejanía
que se acorta al punto, cuando en pensamiento
las dos nos sentimos
hermanas y amigas.



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