sábado, 18 de febrero de 2017

Desconcierto


Dedicado a todas aquellas personas que de grandes se han enterado que tienen síndrome de Asperger. Un cariño grande a todos ellos.

Me llegó tarde el permiso
de andar libremente por las horas
y apropiarme de todas, como otrora hacía
cuando era infante, cuando no sabía
que el correr del tiempo va dejando heridas
¡también alegrías y gratos momentos!
y los malos ratos, y las despedidas.
Porque el alfarero de la experiencia
que va modelando en la existencia
un mapa difuso que nunca termina.
Quizás llegue a puerto la promesa esquiva
que por fin día mi barca encalle
en aquellos sueños que me perseguían.
Nada mas errado, nada mas frustrante
que cumplir los años veinte años tarde,
de no ir de la mano de la cronología.
¿Qué nadie me entiende? Ni yo me entendía.
Hasta que un buen día encontré de pronto
alguien parecido, se me parecía.
Y quise acercarme, saber qué sentía.
Un espejo eran todas sus manías,
cabía en mi mundo, el mismo lenguaje,
las genialidades, y las tonterías.
Que raro- me dijo- preguntes mi nombre.
La gente en la calle no lo hace nunca,
primero me mira, busca en una lista,
luego me rotula: Eres un autista.
¡¡¡Ese mismo día me apropié de todo!!!
Y busco con ansias a mi autonomía.
Ser yo y no otro, navegar mi barca,
defender mi vida.
Y me di el permiso de ser diferente.
¿Qué nadie me entiende? ¡Ni yo me entendía!



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